El Parque Nacional Horton Plains ofrece excelentes excursiones a más de 2.000 m de altitud. Cubierto de pastos, espesos bosques, afloramientos rocosos, cascadas y lagos brumosos, la meseta se detiene abruptamente en World’s End (“el extremo del mundo”), que se hunde sobre 880 m. ¡Atención a los que, como yo, tienen vértigo!

Ya habíamos hecho Horton Plains y habíamos podido admirar la impresionante vista desde su «World’s End» hace algunos años, pero cuando nos enteramos de que había otra caminata para hacer allí que el bucle clásico despertó nuestra curiosidad. Por lo tanto, decidimos pasar una noche en el lugar para explorar el lado oculto de este parque nacional, frecuentado tanto por los habitantes de Sri Lanka como por los turistas. Irónicamente, nuestra expedición estaba programada para el mismo fin de semana que la repetición del reportaje que hicimos el año pasado con TF1 y durante el cual parece que me ilusioné con mi gusto por las largas horas de caminata y mi máxima capacidad de adaptación a los medios «¡hostiles!!”

Después de seis horas de viaje desde Colombo (¡el despertador a las cuatro de la mañana duele un poco ¡) llegamos al Parque Nacional de Horton Plains, siempre tan majestuoso durante las visitas. Sólo teniendo la tarde por delante de nosotros, decidimos reservar la nueva caminata para el día siguiente y empezar con el camino clásico que ya es muy agradable. Un paseo de tres horas, accesible a todos, con las cataratas de Baker’s Falls y la gran y pequeña Worl’s End. ¡En esta Semana de Año Nuevo cingalés y tamil no nos sorprendió encontrarnos con muchos de los ciudadanos de Sri Lanka disfrutando de este viaje en familia o con amigos de 7 meses a 77 años!

El paseo, que dura 3 horas, es relativamente fácil. ¡Se extiende 11 km y corresponde a unos 50 pisos de altura!

Luego pudimos visitar los bungalows del «Widlife Department» que pueden acoger a turistas y locales en pleno corazón del parque. Si bien estos tres bungalows son de una comodidad muy básica, ofrecen la oportunidad excepcional de pasar la noche en el corazón del santuario y tener para sí mismos estos paisajes espléndidos después de la partida de los visitantes. ¡Es un verdadero privilegio!

En este festivo período de peregrinaciones para los habitantes de Sri Lanka que aprecian especialmente venir a disfrutar de la frescura de las montañas todos los bungalows estaban desafortunadamente alquilados, por lo que tuvimos que alojarnos a pocos kilómetros de allí, a Ohiya. Hay que saber que sólo hay pequeñas casas de huéspedes en los alrededores del parque y que hay que pasar la noche en las ciudades vecinas de Nuwara Eliya o Haputale para encontrar alojamientos de mayor calidad. Así que en una habitación sencilla pero cómoda (y con una hermosa vista) disfrutamos de un sueño reparador bien merecido.

A la mañana siguiente estábamos listos para esta nueva aventura. Escuchamos toda la información necesaria del personal del parque y comenzamos la caminata de Kirigalpotta, ¡un hermoso paseo de 13 km semejantes a unos 150 pisos de altura!

Una vez que comenzamos, rápidamente nos damos cuenta de que ¡muy pocos valientes se lanzan a esta caminata! El recorrido no está muy bien señalizado y los caminos no están mantenidos. ¡Entre bosques y llanuras avanzamos en un paisaje encantador y salvaje que nos hace sentir auténticos privilegiados! Pero el terreno es accidentado y tenemos que cruzar regularmente charcos de lodo… y lo que debía suceder, sucede, y después de poco más de una hora a pie, los dos dejamos nuestras suelas (¡nuestras zapatillas no estaban en muy buen estado!) y, por tanto, decidimos desandar el camino mientras el resto del grupo continúa su viaje.

Después de cinco horas de caminata y con imágenes grabadas en nuestras retinas, Chamika y el resto del grupo finalmente nos encontraron en la casita que sirve como restaurante y que sirve un muy buen «Fried rice» ¡acompañado de una deliciosa pasta de pimientos! ¡El almuerzo perfecto después del esfuerzo!

¡Y para terminar un selfie con uno de los famosos ciervos/sambar del parque antes de salir a la carretera!

Hay que señalar que se efectúa un registro de las bolsas en la entrada del parque y que están prohibidos los cigarrillos y encendedores, los cuchillos suizos o los drones.

Preparar un suéter fino porque puede hacer frío por la mañana y, sobre todo, ¡lleva una botella de agua y unas bananas o galletas secas para recuperar fuerzas a lo largo del camino!