Nuwara Eliya, denominada a veces «ciudad de las luces», es una pequeña ciudad con un clima agradable situada en las montañas centrales de Sri Lanka a una altitud de 1868 metros. Fundado por el explorador Samuel Baker en 1846, lejos del calor de las ciudades costeras, Nuwara se convirtió rápidamente en el lugar de vacaciones favorito de los colonos británicos.
Nuwara Eliya es también conocida como Little England, ya que los esfuerzos por crear una aldea inglesa modelo dieron sus frutos. Nuwara Eliya ha conservado aún hoy ese ambiente «viejo imperio», con su oficina de correos de ladrillos rojos, sus cabinas telefónicas, el prestigioso Hill Club, su iglesia anglicana, su campo de golf de 18 hoyos, e incluso su pista de carreras. Incluso se puede pescar la trucha (introducida en 1882) en uno de los arroyos que atraviesan la ciudad.
Dejarse llevar por la atmósfera perezosa, casada con el encanto anticuado del estilo colonial de Nuwara Eliya tomando el té en el Grand Hotel, es un poco como remontarse dos siglos en el tiempo, cuando Sri Lanka se llamaba aún Ceilán. En el mes de abril, la ciudad sale de su letargo para acoger a un gran número de turistas de Sri Lanka, que han venido para las carreras de caballos y para celebrar el Año Nuevo de Sri Lanka.
Una de las ventajas de la ubicación de Nuwara era su clima favorable al cultivo de verduras y frutas consumidas en Gran Bretaña, como la lechuga y las fresas. En la actualidad, la ciudad y sus alrededores se han convertido en una de las zonas agrícolas más productivas de Sri Lanka, cuyos productos se distribuyen por toda la isla. La carretera que conduce al Parque Moon Plains y que serpentea por los campos ofrece una visión de la dimensión hortícola de la región.
Pero la región de Nuwara Eliya es sobre todo famosa por sus plantaciones de té, que encuentran a esta altura condiciones óptimas para su desarrollo. Numerosas fábricas de té ofrecen visitas instructivas, que son también la ocasión de paseos agradables a través de las plantaciones exuberantes.
Una de las claves de la prosperidad de Nuwara Eliya era su conexión ferroviaria con Colombo a través de una línea abierta en 1910. El viaje en tren a Nuwara Eliya dura cuatro horas desde Kandy y se considera uno de los más hermosos del mundo.
Antes de que las colinas circundantes se cubrieran con un mar de árboles de té, el valle era una zona forestal frecuentada por elefantes. En la entrada del Nuwara Eliya Golf Club, situado en el centro, se encuentra la lápida del gobernador británico Thomas William Rogers, tristemente famoso por haber matado a cientos de elefantes (se habla de 1.400 trofeos). Este último cayó bajo un rayo mientras se dedicaba a su placer mortífero, antes de que unos años más tarde su tumba fuera golpeada a su vez por un rayo.