En el antiguo reino de Radarata, cuna de la civilización cingalesa, a unos 30 kilómetros al noroeste de Dambulla, se encuentra el Buda Aukana, una de las más altas estatuas antiguas de Buda en el mundo. Considerada como una obra maestra del arte antiguo de Sri Lanka, esta representación del fundador del budismo esculpida en la roca se eleva a una altura de doce metros en una postura de bendición.
La estatua del Buda de Aukana, que descansa sobre un pedestal, está públicamente envuelta en un vestido con finos pliegues, dando una apariencia de vida al coloso de piedra, mientras que los rasgos de su rostro le dan una expresión de absoluta serenidad. Se dice que 32 rasgos forman la expresión de su rostro para reflejar la iluminación de Buda, aunque sólo 16 de ellos son visibles a simple vista. También dice que el grado de alineación de la escultura se diseñó para que, en caso de lluvia, el agua se deslice hasta la punta de la nariz y finalmente caiga perpendicularmente en una pequeña depresión excavada entre sus pies, preservando así mejor la estatua de la humedad.
Las proporciones de la estatua de Aukana parecen perfectamente equilibradas, resultado de la proporción llamada de «nueve caras», lo que significa que el cuerpo es igual a nueve veces el tamaño del rostro, según la escuela de canteros de Anuradhapura del siglo XIII.
Lo que queda de las ruinas del antiguo templo alrededor de la estatua de Buda, es parte de la extraña y tranquila atmósfera del lugar. Para llegar al sitio de Aukana, se recorre una carretera que bordea el enorme embalse lleno de vida de Kala Wewa, construido en el siglo V bajo el reinado del rey Dhatusena, padre desafortunado que vio a su propio hijo asesinarlo antes de que se autoproclamara rey de la isla y construyera el famoso palacio de Sigirya o Roca del León